La anorexia y la bulimia son trastornos que hacen sentir sola a la persona, que en muchos casos acaba aislándose de su entorno. De hecho, muy a menudo cuanto más aislada está la persona más fuerza gana el trastorno.
El estrés que tienen que soportar los familiares de una persona que sufre un trastorno de la conducta alimentaria es elevado y sostenido en el tiempo, por eso es importante que se dejen acompañar por una entidad de apoyo a las familias.
Si la familia observa una conducta obsesiva con las calorías y el ejercicio físico en sus hijos e hijas adolescentes es importante hacer una reflexión previa: ¿Puede tener un problema de aceptación social? ¿Se siente querida?
El primer paso que debe hacer la familia ante una sospecha de anorexia o bulimia es conseguir una valoración diagnóstica y una propuesta de intervención por parte de un equipo especializado en caso de confirmar el diagnóstico.
Los niños y niñas, desde pequeños, tienen una imagen corporal formada en su cabeza y son capaces de intuir si esa imagen es aceptada socialmente o no, pero todavía no se han desarrollado los mecanismos cognitivos y emocionales necesarios para que