En general, conviene comprometerse con el estudiante que no se comunicará a nadie su problema de autolesión, pero también hay que tener el apoyo del resto del equipo de crisis, de los padres y quizás es necesaria la intervención de algún profesion
Cortes injustificados, quemaduras, rozaduras o golpes.
Llevar ropa inadecuada (por ejemplo, manga larga en verano) o negarse a realizar actividades que impliquen cambiarse de ropa (por ejemplo, gimnasia, natación).
Cada vez más profesionales del ámbito educativo tienen que hacer frente a este fenómeno y necesitan saber cómo afrontar estos casos cada vez más frecuentes entre población adolescente.
Se dispone de muy pocos datos sobre la incidencia y prevalencia de las autolesiones no suicidas (ANS) antes de los doce años, pero sí sabemos por los estudios recientes que esta conducta suele iniciarse entre los once y los trece años.