Estigma en el ámbito sanitario
El estigma actúa como principal barrera que impide que una persona con un problema de salud mental solicite ayuda, y limita el acceso a la atención sanitaria necesaria. Pero acceder a la atención sanitaria es el primer paso para afrontar el malestar e iniciar el camino de la recuperación. Por este motivo, los centros de salud y los profesionales sanitarios se erigen como agentes clave a la hora de desestigmatizar las problemáticas de salud mental y de promover y defender los derechos humanos. Se podría pensar que las personas profesionales de la salud, por tener ciertos conocimientos sobre salud mental, deberían estar exentos de estereotipos y prejuicios, pero no siempre es así.
El estigma en el ámbito sanitario limita, retrasa o empeora aspectos como el acceso al tratamiento, las perspectivas de recuperación o la calidad de la atención recibida por parte de las personas que acuden a un centro de salud. En algunos casos, los servicios y los propios profesionales pueden vulnerar o interferir en los derechos humanos de las personas. Los servicios sanitarios constituyen un elemento clave a la hora de detectar y acoger las posibles demandas de ayuda de las personas que están pasando por una problemática de salud mental. Aunque muchos servicios sanitarios se esfuerzan por erradicar el estigma y la discriminación, los prejuicios que sufren algunas personas con problemas de salud mental siguen presentes.
En algunos casos, los servicios y los propios profesionales pueden vulnerar o interferir en los derechos humanos de las personas.
Algunas conductas discriminatorias en la atención sanitaria son:
- Una atención basada en la expectativa de que las personas con trastornos de salud mental son inestables, incapacitadas para llevar una vida normalizada y que no se recuperarán.
- Derivación de la persona a otros profesionales (rechazo).
- Uso de expresiones discriminatorias.
- El infradiagnóstico, influenciado por ciertos estereotipos vinculados a la salud mental.
- La intromisión: ejercer una presión en la regulación de diferentes aspectos de la vida de las personas atendidas.
- La sobreprotección o control.
- La exclusión en la toma de decisiones.
- La coerción, presión ejercida sobre una persona para que actúe según los deseos o la voluntad de la primera.
Consejos para profesionales del ámbito sanitario
A nivel internacional, existen una gran variedad de proyectos e intervenciones nuevas con el objetivo de luchar contra el estigma en salud mental en el ámbito sanitario. Algunos consejos para profesionales sanitarios que quieran dar un paso más en la lucha contra el estigma son:
- Conocer los hechos. Conocer cuál es la realidad de convivir con una problemática de salud mental, informarse y no quedarse solo con los prejuicios.
- Formarse. Fomentar que se implementen formaciones en el centro de salud, para que todos los profesionales puedan acercarse a la realidad del estigma, la discriminación y los derechos humanos en el ámbito sanitario y adquirir herramientas para hacerle frente.
- Ser cuidadosos con el lenguaje. El lenguaje que utilizamos es relevante e influencia la forma en que nos relacionamos con los demás. Debemos fijarnos en el lenguaje que usamos y promover un lenguaje no discriminatorio.
- Educar a los demás. Transmitir el conocimiento y no tolerar las actitudes o conductas discriminatorias.
- Centrarse en lo positivo. El imaginario colectivo está lleno de ejemplos de estereotipos negativos hacia las personas con problemáticas de salud mental. Es importante reforzar las historias en positivo y visibilizar lo que no tenemos presente, aunque a menudo sea lo más habitual.
- Fomentar el liderazgo en primera persona.
- Incluir personas con problemáticas de salud mental en el diseño, la implementación y la evaluación de servicios.
- Fomentar la presencia de la primera persona en los espacios de decisión.
- Adoptar una mirada basada en la promoción y la defensa de los derechos humanos
- Fomentar la autonomía.
- Reconocer los prejuicios propios y que podemos caer en conductas discriminatorias.
