El TEA puede manifestarse de diferentes maneras en cada persona. Aunque no todos los niños y niñas con autismo presentan agresividad y falta de control de ira, es posible que algunos experimenten dificultades emocionales y conductuales, incluyendo episodios de agresividad, particularmente en situaciones de estrés o en entornos que les resultan desafiantes. 

Un factor que puede desencadenar estas explosiones de ira en entornos de confianza es que en entornos de no confianza la persona se haya tenido que contener mucho y cuando llega, por ejemplo, a casa, se dé la explosión de todo el que ha estado conteniendo en la escuela.

Algunas niñas con TEA, además, pueden tener dificultades para regular sus emociones, lo que puede desencadenar estos comportamientos. Esto puede ser especialmente evidente durante la adolescencia, cuando los cambios hormonales y las demandas sociales pueden aumentar la ansiedad y el estrés.

Después de un episodio de agresividad, el sentimiento de culpabilidad también es una respuesta común en niños y niñas con TEA, que pueden sentirse angustiados por su comportamiento y tener dificultades para comprender y manejar adecuadamente sus emociones.

En todo caso, la aparición de las explosiones de ira es una manera de comunicar malestar, y se debe hacer un trabajo de gestión emocional y autoconocimiento y dotar de herramientas y estrategias a la persona para la autoregulación. Lo más recomendable es buscar la evaluación y el apoyo de profesionales especializados en el trastorno del espectro autista, quienes podrán brindar una evaluación más precisa y ofrecer estrategias de intervención adecuadas para ayudar al niño o niña y a su entorno de confianza.