Sí, las personas con adicción a una determinada conducta, cuando no la pueden llevar a cabo, experimentan un conjunto de sentimientos y sensaciones desagradables.
Se ha demostrado que el uso problemático o la adicción a las pantallas pueden ocasionar posibles consecuencias, sobre todo en población vulnerable, tanto a nivel físico y psicológico, como en el ámbito social, económico y legal.
En el abuso hay algunas consecuencias, principalmente escolares, relacionales y familiares, pero se mantiene el ajuste en el funcionamiento diario, y puede remitir de manera espontánea al notar consecuencias negativas.