Las redes de apoyo mutuo, pieza clave de bienestar emocional en la comunidad
Las problemáticas de salud mental pueden afectar las relaciones sociales, el trabajo, la educación y la formación de las personas que conviven con ellos y de su entorno, y, a menudo, esto acaba produciendo situaciones de exclusión social. A veces, se pueden generar situaciones de aislamiento y desvinculación de la comunidad y una dificultad para restablecer redes relacionales, de apoyo y de participación en entornos.
«Participar en un grupo de ayuda mutua (GAM) me ha dado la posibilidad de tener un grupo de amigas que me comprenden, me escuchan, me apoyan, y viceversa», explica Valle, que participa en un GAM de bienestar emocional. Y es que el apoyo mutuo es esencial y los GAM son una herramienta clave para contribuir al bienestar de la comunidad, como parte de las redes de apoyo social que hay que promover y reforzar.
Los GAM son grupos autogestionados formados por personas que se encuentran en una misma situación: personas con una problemática de salud mental, familiares y entorno o bien también ciudadanía en general. Estos grupos se caracterizan por la ausencia de profesionales y se definen como espacios de escucha, comprensión y apoyo mutuo, donde varias personas que comparten experiencias similares se reúnen para intentar superar o mejorar su situación, así como para luchar contra el estigma y rehacer y fortalecer la red de apoyo social.
Se basan en principios básicos como el respeto, la inclusión, la horizontalidad, la confidencialidad y la voluntariedad. «El respeto y lo escucha son importantísimos en los GAM; que puedas hablar sabiendo que hay una confidencialidad dentro del grupo, que no saldrá de allí, también te da tranquilidad. Muchas veces cuando escuchas a los demás, aprendes. Y el grupo entero se va transformando», según la experiencia de Susana, familiar de una persona con problemática de salud mental que participa en uno de estos grupos.
Los principales beneficios de participar en un GAM son:
- Toma de conciencia sobre la situación vivida.
- Autoestima.
- Aceptación.
- Reducción del estigma y el autoestigma.
- Promoción del empoderamiento.
- Corresponsabilización sobre el proceso de cuidados y autocuidado.
- Posibilidad de ayudar a otras personas a partir de la experiencia propia.
«El hecho de encontrarme con otras personas que tienen otras dificultades y problemáticas me ayuda a relativizar; siento que es como una caricia en mi herida», explica Isabel, que forma parte de un GAM desde hace ya un tiempo.
Un modelo de recuperación con la persona en el centro
La promoción de las redes de apoyo mutuo fomenta un cambio de paradigma, pasando del modelo biomédico al modelo de recuperación, donde se da voz y protagonismo a la persona y donde el equipo profesional acompaña en el proceso de recuperación. Además, son espacios totalmente horizontales, un aspecto revolucionario y transformador en un mundo donde predominan las relaciones verticales y de poder. A pesar de las reticencias que puede causar la ausencia de la figura profesional, los GAM se han consolidado como un recurso comunitario valioso y una oportunidad de trabajo conjunto. «Si no hubiera encontrado los GAM, yo no sé donde estaría. A mí me salvaron la vida», comparte Teresa, persona con experiencia propia.
Sentir que nos escuchan, que no nos juzgan, que nos acompañan y que nos quieren son elementos importantes que se respiran en un grupo de ayuda mutua. Como sociedad necesitamos más intercambio de amor, más solidaridad, más cooperación, más acompañamiento y creer y confiar en las personas y en sus potencialidades. En definitiva, necesitamos más recetas con afecto y vínculos.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
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