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Verano
¿Qué puedo hacer para afrontar el verano si tengo depresión?
Tener una rutina es importante para la estabilidad emocional y constituye un factor protector que el verano puede alterar. A una persona con depresión, a quien seguramente le ha costado mucho construir unas rutinas diarias que le ayuden a llevar una vida más estable y organizada, este cambio le puede producir mucha angustia. Incluso, el hecho de estar más tiempo inactiva le puede llevar a tener más pensamientos negativos y desencadenar un desorden en las comidas y en el sueño. Además, las actividades diarias ayudan a socializar, a establecer relaciones interpersonales y a no aislarse.
Algunas recomendaciones en verano:
- Buscar actividades alternativas: piscina, playa, cine al aire libre, taller de cocina de verano, conciertos, fiestas de barrio o pueblo, pasear al atardecer, disfrutar de un helado…
- Marcar en el calendario las actividades que nos interesen durante estos meses de verano, para incluirlas en nuestra planificación semanal y que no se nos pasen por alto.
- Intentar salir de casa al menos una vez al día, aunque sea a comprar el pan, para obligarnos a vestirnos, que nos toque el aire y socializar un mínimo.
- No obligarnos a estar ocupados todo el día, aunque en verano los días sean más largos y parezca que tengamos la obligación de estar activos más horas.
- Pensar en opciones de actividades para pasar el tiempo también en casa.
- Estar en contacto con la familia y las amistades en la medida de lo posible.
- Intentar mantener una rutina de sueño correcta, respetando los horarios y procurando no trasnochar.
- Seguir unos buenos hábitos de alimentación (evitar alimentos ultraprocesados y azúcares).
- Ponerse una alarma para no olvidar tomar la medicación.
- Evitar las temperaturas extremas y mantenerse hidratado.
- No someterse a la obligación de tener que pasarlo bien.
- Practicar técnicas de relajación para disminuir la ansiedad.
- Estar atentos ante las señales de alarma que indican una recaída o una agudización de los síntomas de la depresión y pedir ayuda ante los primeros síntomas para evitar una recaída.
Trastorno de la conducta alimentaria
Trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
Trastorno de evitación / restricción de la ingestión de alimentos