La medicina personalizada en el tratamiento de la psicosis

Resumen
La medicina personalizada está transformando la manera en que comprendemos y tratamos diversas condiciones de salud, y la psicosis no es la excepción. Este enfoque, que integra avances en genética, tecnología y neurobiología, permite atender a cada persona de manera más precisa y efectiva, adaptando los tratamientos a sus características individuales.
Hasta ahora, el tratamiento de la psicosis en sus primeras etapas se basaba en protocolos estandarizados que establecían pautas sobre qué tipo de tratamiento utilizar y durante cuánto tiempo, sin poder determinar cuál de los tratamientos disponibles era el más adecuado para cada persona.
El tratamiento de la psicosis incluye el uso de medicamentos antipsicóticos, que ayudan a reducir síntomas como alucinaciones o ideas delirantes. En algunos casos, estos medicamentos se combinan con otros fármacos para tratar síntomas adicionales, como ansiedad o alteraciones del estado de ánimo. Sin embargo, el abordaje no es solo farmacológico; también son fundamentales las intervenciones psicosociales que incluyen:
- Terapia psicológica.
- Apoyo familiar.
- Rehabilitación laboral y social.
- Estrategias para mejorar la calidad de vida.
No todas las personas responden o toleran de la misma manera los antipsicóticos o las psicoterapias disponibles. Aquí es donde la medicina personalizada representa un gran avance. Su objetivo es que, a través de estudios genéticos, neurobiológicos y clínicos, se pueda identificar qué tratamiento antipsicótico específico o qué combinación de tratamientos será más eficaz para una persona desde el inicio, además de determinar cuál es el tratamiento añadido más adecuado (por ejemplo, para la ansiedad o el estado de ánimo) o qué psicoterapia es más adecuada para aquella persona. También permitirá ajustar la duración del tratamiento según las necesidades particulares de cada persona.
A través de estudios genéticos, neurobiológicos y clínicos, se pueda identificar qué tratamiento antipsicótico específico o qué combinación de tratamientos será más eficaz para una persona.
Con este enfoque, se podrán reducir los efectos secundarios de los medicamentos y mejorar el control de los síntomas desde el principio. Esto se traduce en una mejor calidad de vida para quienes experimentan psicosis, facilitando su recuperación y reintegración a sus actividades cotidianas de manera más rápida y efectiva.
¿En qué se basa la medicina personalizada en el tratamiento de la psicosis?
La medicina personalizada parte de la idea de que cada persona es única y que su respuesta a los tratamientos depende de un cúmulo de factores. Entre ellos, están los factores genéticos, que forman parte de nuestro ADN, y los factores ambientales, que incluyen el estilo de vida y el entorno en el que vivimos. Ambos influyen en nuestro organismo y en el funcionamiento del cerebro, determinando nuestra sensibilidad y respuesta a los distintos tratamientos.
Para comprender mejor estas diferencias individuales, la medicina personalizada busca identificar señales biológicas que nos ayuden a predecir cómo responderá cada persona a los tratamientos. Estas señales se llaman biomarcadores, y existen varios tipos, cada uno relacionado con mecanismos clave en el desarrollo de la psicosis, entre ellos:
Biomarcadores genéticos
Se refieren a variaciones en genes específicos o en conjuntos de genes que pueden influir en el riesgo de desarrollar psicosis o en la respuesta a los tratamientos. Por ejemplo, variantes en genes que codifican para enzimas implicadas en el metabolismo de fármacos (como CYP2D6 o CYP3A4) afectan cómo se procesan los antipsicóticos, influyendo en su eficacia y en la aparición de efectos secundarios. Además, variaciones en genes relacionados con la neurotransmisión de dopamina y glutamato, que están alteradas en la psicosis, pueden ayudar a predecir qué personas responderán mejor a ciertos antipsicóticos.
Biomarcadores epigenéticos
Se refieren a modificaciones en la expresión de los genes sin que haya cambios en la secuencia del ADN. Estos cambios pueden ser provocados por factores ambientales como el estrés crónico, el consumo de sustancias o eventos traumáticos, todos ellos conocidos como factores de riesgo para el desarrollo de la psicosis. Por ejemplo, se pueden alterar la expresión de genes relacionados con la plasticidad sináptica y la regulación del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA), afectando la vulnerabilidad al estrés y la respuesta a los tratamientos.
Se podrán reducir los efectos secundarios de los medicamentos y mejorar el control de los síntomas desde el principio, mejorando la calidad de vida de las personas que experimentan psicosis
Biomarcadores basados en proteínas y otras sustancias biológicas
Incluyen moléculas que reflejan procesos biológicos implicados en el trastorno, como la inflamación o la neuroplasticidad. Por ejemplo, las neurotrofinas (como el factor neurotrófico derivado del cerebro, BDNF) están involucradas en la supervivencia y el crecimiento de las neuronas, y sus niveles alterados se han relacionado con la disfunción sináptica observada en la psicosis. Asimismo, las citocinas proinflamatorias (como las interleucinas IL-6 e IL-1β) están implicadas en procesos inflamatorios que podrían contribuir a la aparición de síntomas psicóticos.
Proteómica
En lugar de centrarse en una sola proteína, la proteómica permite estudiar el conjunto completo de proteínas presentes en una célula o tejido. Esto es útil porque la psicosis no es causada por una sola alteración biológica, sino por una compleja interacción de múltiples factores. Analizar el perfil proteico global permite identificar patrones de disfunción en redes biológicas clave, la señalización neuronal o la respuesta inflamatoria, lo que podría guiar la elección de tratamientos más específicos para cada persona.
Biomarcadores del microbioma intestinal
Cada vez hay más evidencia de la conexión entre el intestino y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro. Se ha observado que algunas personas con psicosis presentan alteraciones en la composición de su microbioma intestinal, lo que podría influir en la neuroinflamación, la función de la barrera hematoencefálica y la síntesis de neurotransmisores.
Biomarcadores de neuroimagen
Se obtienen mediante técnicas de neuroimagen como la resonancia magnética estructural y funcional o estudios de medicina nuclear (PET, SPECT). Estos biomarcadores permiten evaluar alteraciones en la estructura cerebral, como reducciones en el volumen de la corteza cerebral o de otras estructuras cerebrales, así como disfunciones en la función y conectividad neuronal o en la actividad de los circuitos dopaminérgicos, que están implicados en la aparición de síntomas psicóticos.
¿Cómo se aplicará la medicina personalizada al iniciar los tratamientos?
Cuando una persona inicie un proceso de psicosis, en lugar de seguir un protocolo estandarizado, la medicina personalizada adaptará la terapia a sus características individuales.
Para ello, se realizará una evaluación inicial completa, que podrá incluir análisis clínicos, genéticos y epigenéticos, junto con biomarcadores en sangre, neuroimagen y estudio del microbioma intestinal. Esta información permitirá predecir la respuesta y tolerancia al tratamiento desde el inicio.
Aunque ya se están realizando avances prometedores en la investigación, aún se necesita más tiempo y estudios adicionales para poder implementar este enfoque en la práctica habitual.
Con estos datos, se diseñará un tratamiento a medida, eligiendo el medicamento más adecuado, ajustando la dosis de manera personalizada y combinando terapias psicológicas con cambios en el estilo de vida para optimizar los resultados.
Este enfoque permitirá reducir efectos secundarios, mejorar la efectividad del tratamiento, disminuir el riesgo de recaídas y aumentar la calidad de vida de las personas que tienen una psicosis, asegurando una recuperación más rápida y eficaz.
La medicina personalizada representa una revolución en el tratamiento de la psicosis, ya que permite abordar el trastorno de manera más precisa y adaptada a cada persona. Sin embargo, es importante señalar que, aunque ya se están realizando avances prometedores en la investigación, aún se necesita más tiempo y estudios adicionales para poder implementar este enfoque en la práctica habitual.
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