Es muy importante que partamos de unos principios básicos irrenunciables. Nadie «es bipolar». Afirmar algo así, supone que uno se está estigmatizando a uno mismo y por tanto ejerciendo discriminación contra uno mismo. Un problema de salud no define a una persona; no es la esencia de esa persona. Se trata de una circunstancia, de «un accidente», según lo postula Aristóteles. Debemos ser nosotros mismos en primer lugar los que luchemos contra el estigma y la discriminación. Las palabras importan mucho y más en este sentido. Decir que, «somos bipolares», es el primer paso para identificar nuestra identidad con una condición médica. Podríamos decir, tengo un problema de salud mental, o tengo trastorno bipolar, por ejemplo. ¡Pero nunca seremos una enfermedad!
Dicho esto, en mi opinión, se trata en primer lugar, de conocerse mucho a uno mismo, con la ayuda del equipo terapéutico y de buena información fiable. Es indispensable tener una excelente relación con tu equipo terapéutico. Si la comunicación no es buena o no tienes tiempo de exponer lo que te pasa, o de plantear todas tus preguntas, plantéate cambiar. Tienes derecho a hacerlo. El enfoque debe ser el de la recuperación. Esto quiere decir en líneas generales: «Vivir lo mejor posible con o sin síntomas». No es solo un problema de carácter médico; se trata de desarrollar estrategias para tener un objetivo, darle sentido a tu vida, (además del de encontrarse bien). Tener motivos para levantarte cada día, contemplando que hay muchas facetas de nuestras vidas que necesitamos desarrollar y cubrir: autosuficiencia económica, vivienda, formación, derechos, actividades gratificantes, etc. Y lo que a mí me parece fundamental: la red social, afectiva y de intereses compartidos.
Los grupos de apoyo mutuo en el ámbito de la salud mental
Yo recomiendo vivamente el contacto con otras personas que hayan pasado por lo mismo. Me refiero a los pares o iguales. Los Grupos de Ayuda Mutua, las asociaciones, las redes de apoyo informales son una herramienta muy poderosa. Es posible tener una buena vida. Cuida mucho tu sueño, vigila el estrés, lleva un estilo de vida sano, no dejes de hacer ejercicio físico. En este último sentido, pasear, es parte de tu proceso de recuperación. Y sobre todo trata de no «patologizar» cualquier molestia que tengas. Todos los seres humanos pasan por momentos difíciles. El estigma y la discriminación como sabes es una carga añadida que puede llegar a ser peor que el propio problema de salud. Lucha contra ella, en primer lugar, no concibiéndote a ti mismo como «un enfermo»; somos personas, ciudadanos; no enfermos.