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Artículo

Superando las resistencias al modelo de atención basada en derechos

Compartir buenas prácticas y experiencias para fomentar el cambio
Maria Lomascolo

Maria Lomascolo

Responsable de salud mental y estigma en el ámbito sanitario
Obertament
Una profesional sanitaria atendiendo a una persona.

Resumen

El modelo de atención en salud mental está evolucionando hacia una perspectiva centrada en la persona y los derechos, aunque enfrenta obstáculos como la resistencia al cambio y la permanencia del estigma. Los profesionales tienen el desafío de equilibrar la responsabilidad legal y los protocolos con la nueva visión de derechos y corresponsabilidad. Los estigmas estructurales y sociales aún influyen en las percepciones y tratamientos hacia personas con problemas de salud mental, y por es básica la formación continua para desmantelar prejuicios. Es importante compartir buenas prácticas y generar espacios de aprendizaje colectivo para superar barreras y consolidar un sistema de salud mental respetuoso con los derechos humanos. La colaboración de todos los actores involucrados es esencial en la transición hacia una atención equitativa y libre de discriminación.
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El modelo de atención en salud mental está cambiando; los servicios incluyen cada vez más, y desde hace años, la atención centrada en la persona, basada en derechos y en el modelo de recuperación. Los adelantos con la planificación de decisiones anticipadas, la incorporación de técnicos de apoyo mutuo o el despliegue del programa QualityRights así lo demuestran. Hay numerosos ejemplos de instituciones y servicios que en los últimos años han hecho una apuesta clara para incorporar la mirada de derechos y la lucha contra el estigma en sus modelos asistenciales.

Pero las vivencias de discriminación en el ámbito sanitario siguen existiendo, y las personas continúan experimentando el estigma en su paso por los servicios. Cambios como el que representa modificar el modelo de atención en salud mental no se hacen de hoy para mañana, y el camino no está exento de obstáculos y resistencias.

La resistencia al cambio es una reacción común en cualquier ámbito de trabajo. El miedo a hacer las cosas de una manera diferente es inherente a la naturaleza humana y, a menudo, se manifiesta también en las transformaciones de los modelos de atención. En el caso del modelo de atención basada en derechos en salud mental, este cambio implica un replanteamiento profundo de las prácticas asistenciales y de las relaciones entre profesionales y personas atendidas en los servicios.

recuperacion

El modelo de recuperación, un cambio de paradigma en el abordaje de la salud mental

Los profesionales en el punto de mira

En el camino del cambio, los profesionales de la salud mental a menudo se sienten señalados como responsables finales de las vulneraciones de derechos y las discriminaciones que se pueden producir en la atención asistencial. Sin embargo, la realidad es que forman parte de un engranaje social mucho más amplio, en el que intervienen numerosos actores y estructuras, incluyendo el marco legal, las instituciones y las dinámicas sociales.

El reto principal para los profesionales es encontrar un equilibrio entre el cumplimiento de los protocolos, las normativas, las leyes y la aplicación de una atención centrada en los derechos de la persona. Este escenario puede generar tensiones y una sensación de frustración en aquellos que, a pesar de querer aplicar una perspectiva de derechos, se ven limitados por un sistema que todavía está en transición.

En el modelo de atención basada en derechos en salud mental el cambio implica un replanteamiento profundo de las prácticas asistenciales y de las relaciones entre profesionales y personas atendidas.

Además, el cambio hacia un modelo basado en derechos supone una transformación de las relaciones entre los profesionales y la persona atendida. Mientras que el modelo tradicional se ha basado en una relación de poder asimétrica, en la que el profesional tomaba decisiones por la persona, el nuevo modelo plantea un trabajo colaborativo en el que la voz de la persona atendida tiene que ser el centro de la atención. Este cambio no es sencillo, puesto que requiere una formación y una reestructuración del rol profesional.

En este sentido, es fundamental que las instituciones faciliten espacios de reflexión y formación para que los profesionales puedan entender e incorporar los principios de atención basada en derechos. Así mismo, hace falta que se promuevan redes de aprendizaje entre profesionales para compartir experiencias y estrategias que permitan una implementación efectiva de este modelo.

apoyo entre iguales

Formación y sensibilización de profesionales de la salud mental desde el modelo de la recuperación

La adopción de un modelo de atención basado en derechos humanos requiere una transformación del sistema de salud mental, que incluye cambios en infraestructuras, metodologías y apoyos disponibles. Actualmente, los servicios trabajan bajo una considerable carga asistencial, con mucha rotación de personal y poco tiempo disponible. Sin los recursos necesarios, los profesionales pueden percibir que se trata de un modelo difícil de aplicar o, incluso, una opción inviable.

Algunos profesionales pueden sentirse frustrados cuando, a pesar de querer aplicar una perspectiva de derechos, se ven limitados por un sistema que todavía está en transición.

Un modelo centrado en los derechos de la persona requiere recursos y espacios adecuados para ofrecer un apoyo personalizado y comunitario, así como profesionales formados en atención basada en derechos y libre de discriminación.

El estigma social y estructural

El estigma estructural y el estigma social contribuyen directamente a la perpetuación de las vulneraciones de derechos y a las experiencias de discriminación. Este estigma a menudo sitúa a los profesionales en un rol de control social, donde se espera que diferencien entre lo que es considerado «normal» y lo que no lo es.

A las personas con problemas de salud mental a menudo se las asocia a estereotipos de agresividad e imprevisibilidad. Esta percepción fomenta el control y la monitorización de sus vidas, y esto genera una barrera para su autonomía. Los profesionales, bajo esta mirada, se pueden ver obligados a tomar decisiones desde una perspectiva paternalista, diferenciando entre «locura y razón», perpetuando, de este modo, una relación de poder asimétrica. Además, algunos profesionales también han interiorizado creencias estigmatizantes a lo largo de su formación o trayectoria laboral, lo que influye en su manera de abordar la atención.

La formación y la reflexión crítica son esenciales para identificar y desmontar estos sesgos, promoviendo una atención realmente libre de estigma y basada en los derechos. Por eso, es imprescindible continuar trabajando para erradicar el estigma en todos los niveles de la atención en salud mental.

Estigma ambito sanitario

Luchando contra el estigma en salud mental en el ámbito sanitario

La responsabilidad profesional

El principio de responsabilidad es fundamental en la tarea de los profesionales de la salud mental, puesto que tienen la misión de velar por el bienestar de las personas que atienden. Sin embargo, este principio puede entrar en conflicto con el modelo de atención basada en derechos, que prioriza la capacidad de decisión de cada persona, incluyendo el derecho a asumir riesgos y a equivocarse.

Este cambio de paradigma requiere una nueva manera de entender la responsabilidad profesional. No se trata solo de proteger, sino de acompañar las personas en la toma de decisiones informadas, con un equilibrio entre apoyo y autonomía. Esto implica un cambio profundo en las metodologías de trabajo, dejando atrás una visión paternalista y promoviendo una corresponsabilidad compartida entre los profesionales, las personas atendidas y la sociedad en general.

Aun así, la responsabilidad legal continúa siendo un factor clave en la toma de decisiones de los profesionales de la salud mental. En situaciones en las que una persona pueda estar en riesgo, los profesionales se ven sometidos a marcos legales que pueden limitar su capacidad de actuar exclusivamente según el modelo de atención basada en derechos. Esto pone de manifiesto la necesidad de cambios legales claros y de unas normativas que estén alineadas con un modelo de atención basado en derechos.

No se trata solo de proteger, sino de acompañar a las personas en la toma de decisiones informadas, con un equilibrio entre apoyo y autonomía, dejando atrás una visión paternalista y promoviendo una corresponsabilidad compartida.

La responsabilidad no tiene que recaer exclusivamente en los profesionales, sino que tiene que ser compartida con un sistema que fomente los derechos y el bienestar de todas las personas implicadas en la atención en salud mental. Para que este modelo sea realmente efectivo, hace falta que los profesionales puedan transitar de una responsabilidad individual hacia una corresponsabilidad compartida con las personas atendidas y con la sociedad en general.

Sobrepasar los obstáculos: las buenas prácticas

Es imprescindible visibilizar las vulneraciones de derechos y las discriminaciones para dimensionar la problemática y entender la urgencia del cambio. Señalar estas situaciones no tiene que ser percibido como un ataque a los profesionales, sino como una oportunidad para transformar la realidad. Una realidad que es urgente transformar, puesto que detrás de todas estas barreras y resistencias hay personas experimentando vivencias de discriminación con consecuencias negativas en todos los aspectos de sus vidas.

Compartir experiencias exitosas en la atención basada en derechos, destacar ejemplos positivos y generar espacios de reflexión colectiva facilita la transición hacia otro modelo.

Para poder superar estos y otros obstáculos que encontramos para implementar el modelo de atención basada en derechos, hay que poder imaginar que el escenario es posible y que hay alternativas. Compartir experiencias exitosas de la atención basada en derechos, destacar ejemplos positivos y generar espacios de reflexión colectiva facilita la transición hacia otro modelo.

buenas practicas toma decisiones

Buenas prácticas en el apoyo a la toma de decisiones

Desde Obertament, en nuestra misión de abordar el estigma y la discriminación en el ámbito sanitario, hemos trabajado de la mano de los servicios para elaborar una compilación de buenas prácticas de lucha contra el estigma en salud mental comunitaria. La experiencia de entidades y servicios ha demostrado que la sistematización de buenas prácticas es clave para asegurar una atención respetuosa y libre de estigma. No se trata solo de una cuestión de buenas intenciones o de la sensibilidad personal de los profesionales, sino de integrar acciones concretas y sistematizadas que garanticen una atención alineada con los derechos humanos y que puedan ser replicadas por otros servicios.

La atención en salud mental basada en derechos no es una utopía, sino un camino que ya se está recorriendo en muchos espacios. Con el compromiso de personas con experiencia vivida, profesionales, instituciones y sociedad, es posible transformar la atención en salud mental y garantizar el respeto por los derechos de todas las personas.