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El payaso que hay en ti

Rompiendo con la seriedad para conectar con nosotros y sentirnos mejor
Caroline Dream

Caroline Dream

Clown, formadora, directora y autora
Tres chicos disfrazados con gafas y pelucas.

Resumen

Todos poseemos una identidad payasa capaz de emergir en el juego, donde se olvidan las máscaras sociales y uno se muestra con humanidad y autenticidad. Los adultos, sin embargo, a menudo se ven atrapados en la seriedad y el trabajo, olvidando la importancia de la diversión y la risa que pueden encontrarse en lo cotidiano y que son clave en la resiliencia humana. La autora propone prácticas y juegos sencillos que reintegran la creatividad y el humor en la vida diaria, insistiendo en que el humor es un mecanismo de supervivencia que nos permite liberar tensiones y unirnos a otros. Al abrazar el humor y la risa, nos volvemos más ingeniosos y alegres, y mejoramos nuestra autoaceptación y las capacidades para enfrentar la vida.
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Llevo impartiendo talleres de clown por todo el mundo desde 1998. La gran mayoría de mis alumnos no tienen intención de ser payasos profesionales, sino que vienen por motivos muy diferentes. Suelen comentarme que hace tiempo que no han reído, que de niños eran más espontáneos y felices, que antes sentían curiosidad por la vida, pero que con los años han perdido esos aspectos de su personalidad. Sienten que tal vez su payaso pueda ayudarles a conectar de nuevo con la alegría y el entusiasmo de estar vivos.

Y no están equivocados. La experiencia de habitar «el estado clown» no deja a nadie indiferente. Porque una consecuencia natural de conectar con él es el acceso inmediato a las actitudes y conductas positivas de nuestro payaso propio. De hecho, hay un sinfín de efectos beneficiosos, debido a que los payasos:

  • No tienen reparos en revelar su verdadera naturaleza; por turnos, animal, humana o angelical.
  • Poseen un talento para conectarse rápidamente con los demás, transformar en comedia cualquier situación y convertir todo en un juego.
  • Son curiosos por naturaleza, siguen sus impulsos creativos y siempre están abiertos a cambiar de rumbo si algo nuevo capta su interés.
  • Son transgresores, no están limitados por las reglas y normas impuestas por la sociedad.
  • Están centrados en el corazón, presentes y emocionalmente vivos.
  • Se dedican a crear experiencias estimulantes que provocan risa, inspiración o curación.

En los 27 años que llevo como maestra, he podido comprobar que todo el mundo tiene un payaso propio. Una identidad payasa, un «payaso-id» (creo que Freud era demasiado serio como para darse cuenta de ello). Y la buena noticia es que no es necesario tomar un curso de clown, ni subir a un escenario, ni siquiera ponerte una nariz roja para conocerle (aunque estas cosas facilitan el encuentro). 

Dejamos caer las máscaras y la armadura y, sin pensarlo, nos mostramos tal y como somos: humanos, ridículos y capaces de reír de nosotros mismos.

Ese yo esencial que es tu payaso -el yo gracioso y divertido, inocente y pícaro y libre de condicionantes- aparecerá en un instante cuando comencemos a jugar. En el juego, dejamos caer las máscaras y la armadura (nuestras defensas ante el mundo cruel) y, sin pensarlo, nos mostramos tal y como somos; humanos, ridículos y capaces de reír de nosotros mismos.

Teatro

Compañía de Teatro UTeenagers

Centro educativo Els Til·lers
Parc Sanitari Sant Joan de Déu

Sin embargo, en el proceso de volvernos adultos, nos vamos adulterando, pues se supone que cada vez debemos ser más responsables, serios, trabajadores... siempre. Desafortunadamente, un adulto que persigue la diversión está catalogado negativamente: es un frívolo, un adicto a la juerga, no tiene los pies en la tierra, es un irresponsable. Claro que hay cosas muy serias ocurriendo en el mundo, y creo que no se pueden tomar a la ligera algunas realidades, como la guerra, el hambre o la pobreza, pero hay muchos otros estímulos en la vida que podemos vivir con una actitud menos seria.

«Soy un adulto, pero esto no significa perder de vista la aventura, la belleza o el placer de la vida. Puedo ser un adulto que siente, que juega, que comparte con los demás y que se interesa por su entorno». David Berga, payaso profesional

Propuestas para despertar tu payaso

Así que, aunque es cierto que puedes convertirte en payaso en un instante, poder hacerlo siempre que quieras requiere un tiempo de desaprendizaje y de práctica. Afortunadamente, es una práctica que puedes llevar a tu vida diaria.

El primer paso es apagar el «piloto automático» y abrirte a la posibilidad de convertir las tareas más mundanas en juegos. Esto es algo que hicimos constantemente en la infancia para no aburrirnos, así que ¡ya eres experto en eso! Algunas propuestas:

  • Conviértete en un estilista de famosos y, con espuma de afeitar, descubre cuál es el peinado más loco que puedes hacerte a ti mismo.
  • Pon I will survive, de Gloria Gaynor, a todo volumen y haz un playback con la alcachofa de la ducha como micrófono.
  • Ponte un calcetín en una mano y ten una conversación con él sobre su vida en un cajón o la experiencia en la lavadora.
  • Conviértete en un pirata defendiendo su botín. Comienza una pelea de almohadas con tu pareja o con los compañeros de piso, terribles enemigos que quieren arrebatártelo.

Si te hace falta inspiración para jugar, incluso con las tareas que más te disgustan, haz una lista de tus placeres en la infancia u observa a los niños. Por ejemplo: cuando mi hija tenía 6 años, después de cenar, le pedí que limpiara la mousse de chocolate que le había caído en la mesa. Al escucharme hizo una mueca de disgusto porque obviamente no quería hacer esa tarea. La miré con «mi mirada», indicando que no tenía escapatoria. Entonces cogió una toalla de papel y la colocó suavemente sobre la mousse. De repente, golpeó con su puño el bulto marrón que apareció en el centro de la servilleta. Lo golpeó una y otra vez, aplastando la mousse en todas las direcciones. Luego, deslizó la servilleta de lado a lado, distribuyendo la mousse sobre un área aún más amplia. Comenzó a canturrear para sí misma. Cuando hubo ungido media mesa con mousse, levantó la servilleta como si fuera una maga, « ¡Tadalalá! ». Estaba muy satisfecha con su obra de arte. Yo intervine de nuevo, diciéndole que la mesa debía quedar limpia. Hizo otra mueca. Le entregué una bayeta para terminar el trabajo y, repentinamente, se convirtió en una profesional de la limpieza de mesas, quien, con gran elegancia, limpió la suciedad hasta dejarla completamente limpia.

El uso del humor es un importante mecanismo de supervivencia. Nos permite experimentar momentáneamente «el olvido de uno mismo», un acto de desapego que nos permite liberar y disolver nuestras tensiones, tristezas, ansiedades o temores.

Como he comentado, el segundo paso es interrumpir el patrón de la seriedad que se ha apoderado de nosotros. ¿Cómo lo hacemos? Tomando todas las oportunidades que surgen para reír, de nosotros mismos y con los demás. Los efectos positivos que ejercen la risa y el uso del humor sobre las personas han sido muy difundidos durante la última década. Ahora sabemos que emplear regularmente nuestro sentido del humor aumenta nuestra capacidad para:

  • Aceptarnos tal como somos. 
  • Comunicar nuestros sentimientos. 
  • Relacionarnos con los demás. 
  • Superar tensiones. 
  • Adaptarnos a situaciones nuevas. 
  • Enfrentarnos a conflictos, 
  • Divertirnos.  
  • Pensar en positivo. 

Además, el uso del humor ha sido reconocido como un importante mecanismo de supervivencia. Nos permite experimentar momentáneamente «el olvido de uno mismo», un acto de desapego que nos permite liberar y disolver nuestras tensiones, tristezas, ansiedades o temores. Y por si fuera poco, reír con otros desactiva los mecanismos internos de prejuicio y reúne a las personas en el mismo espacio compartido.

Habitar «el estado de payaso» a menudo sacará lo mejor de ti mismo: te volverás más ingenioso, curioso y alegre. Y el hecho de sentir todas estas cualidades que posees de manera inherente, será revitalizante; te ayudará conectar contigo mismo, con los demás y con la vida, con aprecio y compasión.

Alain Vigneau

Alain Vigneau

Arteterapeuta y creador del Clown Esencial


 

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