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Hacer deporte cuando tienes autismo

Ideas y recomendaciones para empezar a practicar ejercicio
Raquel Montllor Linares

Raquel Montllor Linares

Activista en salud mental
Chica corriendo por la ciudad

Resumen

La práctica de deportes es esencial para el desarrollo de las personas con autismo, ya que mejora la salud física y emocional y ayuda a desarrollar habilidades sociales y motoras. La elección de un deporte debe basarse en las preferencias individuales, iniciando con actividades que ofrezcan estructura y supervisión, como natación o artes marciales, y considerando la transición a deportes de equipo cuando sea apropiado. Los desafíos para las personas con autismo incluyen la adaptación a ritmos de la práctica, la comunicación social y la expresión de emociones; y es importante tener entrenadores bien formados que apoyen sin sobreproteger y fomenten la autonomía.
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Es sabido por todos que la práctica deportiva es fundamental para el desarrollo de todas las personas. Además de mejorar nuestra condición física y emocional, proporciona, a la vez, ocio y vida social. 

El deporte mejora la salud en general, disminuye el estrés y aumenta las habilidades motoras. Si además lo practicamos de manera adecuada, aumenta la confianza en uno mismo y desarrolla habilidades como el trabajo por objetivos y la responsabilidad. Y si lo practicamos en grupo, puede ayudar a mejorar habilidades de comunicación, compañerismo y trabajo en equipo.
 

Qué te aporta hacer deporte

¿Qué te aporta hacer deporte?

¿Qué deporte podemos practicar y cómo empezar?

Parece una obviedad, pero el mejor deporte que puede practicar una persona con autismo es aquel que le guste a él y no aquel que le guste sí o sí, por ejemplo, a los padres. En general, todos somos más constantes en la práctica y nos sentimos más felices si practicamos un deporte de nuestra elección. Una vez escogido el deporte, algunas recomendaciones para empezar a practicarlo son:

  • Empezar por deportes individuales: nos permitirá acostumbrarnos a la práctica deportiva. El paso al deporte de equipo es un paso muy importante que, de hacerse, puede ayudarnos a relacionarnos con otras personas, pero es imprescindible acertar el momento (y puede no ser fácil).
  • Tener un ambiente estructurado: a les persones autistas nos gusta saber cuándo empezamos, qué vamos a hacer y cuándo vamos a acabar.
  • Tener cierta supervisión: los autistas solemos fatigarnos fácilmente y poner nuestro interés en otra cosa. Incluso, a veces, podemos ser “muy osados”. Así que mejor que tengamos a alguien que pueda acompañar y asesorar en las recuperaciones.

Algunas ideas de deportes individuales

  • Natación. Incluso aquellos de nosotros que no tenemos buena coordinación o habilidades motoras, lo podemos pasar bien en la piscina. La natación también nos permite formar parte de un equipo a través de la práctica individual. Sí: estoy pensando en las carreras por relevos.
  • Correr. Todos corremos. Saltar y correr pueden ser dos actividades naturales del ser humano. Correr, además, no nos obliga a desarrollar habilidades de comunicación que serían imprescindibles en deportes de equipo. También pueden tener su espacio las prácticas de relevos.

Los deportes de equipo plantean retos importantes, como el contacto y la comunicación con los demás, una mayor coordinación y ambientes normalmente más ruidosos. 

  • Caminar. La versión «tranquila» de correr es el senderismo, que puede hacerse de forma individual o en grupos pequeños. Caminar nos permite disfrutar del entorno, y, si lo hacemos en grupo, no tenemos por qué participar de forma intensa en las conversaciones que se den. 
  • Equitación. Estamos acostumbrados a hablar entre las personas con autismo de la equinoterapia. Hay ocasiones en los que nos resulta más fácil comunicarnos con animales que con personas.
  • Bolos. Aunque no nos suele gustar el ruido que suele haber en las boleras, una actividad predecible (tiras dos veces y te sientas) y repetitiva como esta puede gustarnos.
  • Artes marciales. Son actividades siempre reguladas. Nos ayudan a desarrollar el equilibrio, la fuerza, la autoestima y la disciplina; pero, además, tiene el reto (que puede ser positivo) de la interacción física con otras personas.
  • Deportes de motor. Actividad muy reglada de principio a fin, y con su simbología (banderas, por ejemplo). Si nos interesa, podemos aprendernos de memoria cuál es el mejor trazado en cada pista. Puede ser muy interesante.
Ejercicio físico

¿Cuál es el mejor deporte para mí?

Los retos de los deportes de equipo

Encontrar el momento para dar el paso a un deporte de equipo es muy muy importante. Los deportes de equipo suelen requerir de un grado de coordinación superior que los individuales, y se practican en entornos más agresivos a nivel sensorial. Evidentemente, la relación y la comunicación con los demás, también es un reto. A veces es difícil acertar el deporte a practicar, pero en el deporte en equipo tan importante son nuestras preferencias como el monitor (o entrenador) y el grupo donde aterricemos. 

Es necesario disponer de monitores y entrenadores formados adecuadamente que:

  • Nos apoyen pero no nos sobreprotejan.
  • Refuercen nuestra autonomía.
  • Combinen la expresión verbal con la no-verbal.
  • Nos entiendan y no nos infantilicen innecesariamente. 
  • Vigilen nuestras lesiones.

El deporte mejora la salud en general, disminuye el estrés, incrementa la motivación y la confianza en uno mismo y, si lo practicamos en grupo, ayuda a desarrollar habilidades de comunicación, compañerismo y trabajo en equipo.

Practicar deporte implica a nivel emocional que:

  • Estemos más motivados.
  • Nos sintamos más seguros de nosotros mismos.
  • Tengamos una defensa contra los bajos estados de ánimo y el aislamiento.

Pero debemos ser conscientes que las personas con autismo tenemos algunas dificultades como

  • La adaptación a los ritmos y organización de las actividades o prácticas deportivas.
  • Compartir con otros compañeros momentos de vestuario o descanso (no sabemos de qué hablar en momentos de pausa, si es que los hay).
  • Entender convenciones sociales relativas al grupo.
  • Falta de iniciativa para la comunicación y la relación con pares, o formas inadecuadas o fallidas de intentos de establecer vínculos.
  • Dificultades para pedir ayuda o expresar emociones y problemas.