- ¿Cuáles son los principales retos que afronta la persona con autismo cuando pasa a la edad adulta?
- En el caso de las personas con Asperger ¿Cuáles son estos retos?
- ¿Cómo se afronta el futuro cuando se tiene algún otro trastorno además de TEA, como una psicosis?
- Ya de adultos ¿Cómo podemos saber si tenemos un TEA si nunca nos han diagnosticado?
- ¿Los síntomas del TEA empeoran con la edad?
- ¿Cómo podemos acompañar a nuestros hijos en la etapa de estudios superiores? ¿Está preparado el sistema para facilitar su integración?
- ¿Cómo podemos ayudar a una persona con autismo en su puesto de trabajo?
- ¿Cuál es el papel de los padres cuando los hijos e hijas con autismo son mayores?
- ¿Una persona con autismo puede vivir sola?
- ¿Qué hacer cuando una persona con autismo o Asperger se agobia en una relación y se distancia? ¿Cómo ayudarla?
- ¿Cómo son las relaciones sexoafectivas de las personas con autismo? ¿En qué pueden ayudar las parejas?
- ¿Cuáles son las principales dificultades para relacionarse socialmente y qué estrategias se pueden seguir?
- Ante la dificultad de diagnóstico e intervención con mujeres con TEA, ¿Qué debemos tener en cuenta y qué nos dice la evidencia sobre las intervenciones con este colectivo por parte de la salud mental comunitaria?
- ¿Cómo se puede diferenciar el autismo adulto del trastorno límite de la personalidad (TLP), además de por la impulsividad?
- ¿Cómo abordar la incompatibilidad y los conflictos de una madre con TEA hacia un hijo con TEA en el día a día dada la rigidez y la poca tolerancia a la frustración y falta de empatía-comprensión de ambos?
- ¿Qué esperar de la atención especializada cuando la persona con TEA pasa a la red de atención de adultos?
- ¿Cómo se puede motivar a una persona con autismo a mejorar sus hábitos de actividad física?
- ¿Qué terapia se utiliza en caso de personas con TEA que se autolesionan?
¿Cuáles son las principales dificultades para relacionarse socialmente y qué estrategias se pueden seguir?
En el TEA puede haber dificultades en la comunicación y en la interacción social. Por la propia neurodivergencia, aspectos como la modulación, el tono de voz, el mantenimiento de la mirada…entre otros, puedan ser distintos a lo esperado por la población no autista, con lo cual genera extrañeza y pueda percibirse a la persona autista como tímida, no adecuada, extraña o incluso maleducada, lo cual no favorece a la persona y no se corresponde con la realidad.
Además, pueden darse dificultades, para iniciar, mantener o finalizar una conversación, o que la persona con TEA no mantenga lo que se considera los turnos habituales en la conversación…con lo cual también podría generarle a la persona algún problema.
Pueden utilizarse distintas estrategias, por ejemplo, con toda la honestidad informar de la necesidad al interlocutor: «a veces me puede costar mantener el contacto ocular, pero escucho mejor o me concentro mejor si no miro». La persona con TEA también puede aprender algunas de estas habilidades si las practica, con la idea de poderlas utilizar cuando lo desee, pero esto a veces podrá generar agotamiento.
No existe una solución única y fácil, pero tenemos que poner la mirada en que también las personas que no somos autistas hemos de entender que existen distintas maneras de interaccionar y comunicarse, aunque pueda parecernos extraño y tenemos que poder aceptar y valorar esta diferencia y no poner todo el peso en la persona con autismo.