Acción social en un hospital de día de TCA
La adolescencia es una etapa de muchos cambios. Se trata de un momento de recapitulación del pasado y de preparación para determinados temas vitales como la identidad personal, el sentimiento de pertenencia en un grupo de iguales, la creación de los propios valores, el inicio de la sexualidad o la experimentación de nuevos roles, entre otros. En la cultura occidental, la persona adolescente es considerada una persona madura y se espera, pues, que acabe asumiendo ciertas obligaciones y responsabilidades. Sin embargo, en algunos aspectos, se le sigue considerando una persona inmadura. Cuando además aparece un problema de salud mental, la adolescencia puede ser especialmente compleja por el impacto que tienen los trastornos de salud mental en todos los ámbitos de la vida, también en las relaciones socio-familiares y educativas.
A menudo es en estos momentos cuando estos adolescentes y sus familias comienzan a conocer a los equipos de trabajo social y educación social. Estos equipos trabajan con un enfoque amplio e integrador, teniendo en cuenta etapas previas al tratamiento, así como, también, en el momento de la recuperación. En cada una de estas situaciones se dará respuesta a las diferentes necesidades o demandas, en las que será imprescindible un trabajo coordinado para gestionar y asegurar el mínimo de repercusiones que puede ocasionar el malestar en el adolescente y su entorno.
Una acción social directa para favorecer unas mejores relaciones sociales
En el entorno de un hospital de día de TCA, los equipos de trabajo social y educación social realizamos un acompañamiento directo e indirecto con su entorno natural.
En la acción directa con las personas que atendemos, desarrollamos un plan de trabajo relacionado con su futuro. Este plan se basa en sus preferencias, aptitudes y habilidades personales, promoviendo y favoreciendo la participación en actividades adecuadas y específicas a su edad e intereses.
Fomentar la participación puede generar motivación y, al mismo tiempo, puede ayudar a reducir el impacto de los tratamientos de larga duración. Debe tenerse presente que la búsqueda de motivaciones generará una mejor autoestima y autoconcepto, potenciando el mantenimiento de las relaciones sociales en su entorno.
A modo de ejemplo, en la unidad de hospitalización diurna de TCA del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona realizamos un taller semanal llamado Gestión del Plan de Vida, que parte de una perspectiva pedagógica y entiende el proceso de aprendizaje del mundo psicosocial como una etapa de construcción personal, dando una gran importancia al contexto social y al entorno en el que se desarrolla. Para realizar un buen desarrollo del taller y que la participación sea activa en todo este proceso, es importante incidir en la idea de una responsabilidad compartida entre las personas atendidas y los equipos profesionales. Se trata de un grupo semidirigido, donde se da protagonismo a los y las adolescentes atendidas a la hora de desarrollar las temáticas de las sesiones semanales. A través de experiencias propias y supuestos prácticos, se les invita a reflexionar, compartir y llegar a trabajar distintos aspectos de la vida diaria.
Este taller tiene como objetivos:
- Abordar aspectos de la vida cotidiana del adolescente: amistades, familia, ocio, etc., desde una mirada que intente no focalizar la atención en el propio trastorno para rescatar la parte «saludable» del adolescente.
- Mejorar las relaciones de los adolescentes con su entorno familiar: académico, familiar, relacional...
- Facilitar la comunicación y expresión de su intimidad.
- Identificar las dificultades de la persona atendida en el momento de relacionarse con el entorno, acompañándole a reflexionar y buscar alternativas.
- Facilitar y generar herramientas y recursos personales para abordar las problemáticas o dificultades planteadas en el transcurso de las sesiones.
- Potenciar las actividades del fin de semana en su entorno natural, evitando el aislamiento social.
- Afianzar el vínculo que se trabaja durante todo el proceso con el adolescente.
A través de compartir las diferentes interacciones y reacciones, el adolescente nos dota a los equipos profesionales de una visión más global y cercana que nos permitirá entender y atender a los casos a un nivel más individualizado.
Por otra parte, cuando hablamos de acción indirecta hacemos referencia a la búsqueda de recursos y servicios en red, que juegan un papel fundamental ya que se encuentran integrados en el entorno más inmediato de la persona. Estos promocionan una información muy valiosa para el desarrollo de nuestra labor y, simultáneamente, se trabaja conjuntamente para establecer planes, atendiendo a la individualidad, para potenciar un entorno adecuado y estable, siempre favorable para el desarrollo de los jóvenes. Además, nos permite garantizar la continuidad del proceso una vez dado de alta en nuestro dispositivo hospitalario.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
Si sufres de soledad o pasas por un momento dífícil, llámanos.